LOCURAS CUERDAS
Por Jorge Chávez Mijares
El que se gana la credibilidad ahorra palabras. Jorge Valdano.
Todas las batallas en las que interviene el ser humano están cargadas de tintes y sesgos emocionales pero también de cálculos puntuales y fríos que pretenden dirigirse a ciertos objetivos para gradualmente ir entrando en una espiral de situaciones que al sumarlos todos ellos, con el paso del tiempo, se traduzcan en la victoria anhelada. En Tamaulipas el proceso electoral es la batalla que hoy nos ocupa. Hay muchas trincheras, no solo es la que rodea a los aspirantes, están también los campos de batalla mediáticos en donde los comentaristas hacen sus proyecciones para diagnosticar posibles rumbos.
Según el estilo o las filias y fobias de nosotros los columnistas es el sesgo que le damos a nuestros comentarios. Habrá en nuestra poca o mucha audiencia ilusos que tomen nuestras sentencias del juego electoral y los involucrados como voz de profeta y tomando como ejemplo algunos errores del gran Newton, que el mundo entero repite maquinalmente desde hace más de un siglo, hacemos resaltar por modo magistral, cómo tales repeticiones de papagayo pueden arraigar hasta en cerebros inteligentes y con ello tratar de inducir al electorado para tal o cual rumbo.
Ya estando metidos en este embrollo electoral, vale preguntarnos, ¿quién de los participantes podemos decir que es un candidato morigerado? Este concepto se dice especialmente de una persona bien criada, educada o formada, que tiene buenas costumbres y obras y puede ser a un prudente, sensato, reflexivo, cauteloso, discreto, mesurado, comedido o moderado, que no tiene o se deja guiar por las malas costumbres o los vicios. Con esta definición ya descartamos a uno. Quedémonos con el nombre en la secrecía.
En esta ímproba batalla electoral, que se trata de ganar voluntades de ricos y pobres y amparar huérfanos, es obvio que algunos protagonistas de la política pierdan el barniz de la mesura adquirido en el camino de la vida, transformándose definitivamente en seres hoscos, divididos entre la impaciencia y la impiedad.
En uno de los matices de esta batalla los panistas quisieron aturullar al candidato de Morena con esta impugnación tan pronta y de esta forma el miércoles 19 de enero del año en curso, el Truco, descansando en el CEN del PAN, presentó una queja en contra del partido de Morena y de su rival electoral Américo Villarreal por el presunto uso indebido de la pauta en radio y medios televisivos. Ipso facto, el partido guinda interpuso el recurso de revisión.
Como efecto de esta queja, el árbitro electoral, el INE, dio la orden de retirar dicha publicidad del galeno Américo Villarreal por medio de la circular 022 titulada “INE ordena suspender spots de precampaña del precandidato de Morena en Tamaulipas”. Parecía la primera victoria panista de escritorio.
Sin embargo, si lo ponemos en términos de fútbol, ya en el segundo tiempo, luego de analizarlo, por unanimidad de votos, quienes conforman la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenaron revocar la queja y dejar sin efecto el comunicado del INE donde ordenaba retirar los spots del doctor Américo Villarreal.
En este tenor, el Tribunal Electoral ha puntualizado con una narrativa eminentemente jurídica, que no resulta procedente dicha medida cautelar respecto de un promocional, por el solo hecho de que aparezca la imagen del precandidato de Morena en el Estado, sino que es preciso que se valore la posible incidencia del promocional a partir de su contenido integral. En términos de narrativa futbolística: Américo 1, el Truco 0. Seguiremos al pendiente.
Es importante conocer que en este intríngulis la Sala Superior ha señalado que los precandidatos únicos, pueden hacer uso de los tiempos en radio y televisión para interactuar con la militancia del partido, con una condición muy obvia, que esto no implique la realización de actos anticipados de precampaña. Y nosotros no sabemos si reír o llorar después de recordar tantas convocatorias que “alguien” hizo el año pasado, mucho antes de dar inicio el proceso de precampaña. Parece que alguno de los candidatos le apuesta a la mala memoria de los tamaulipecos.
Con todo lo cual, o mejor dicho, a causa de lo cual, en gran medida, la estridencia de ciertos bandos, reproducidos y reforzados no sirven sino para atestiguar ampulosamente la impotencia de sus autores, además visto esta que son radicales. La ideología de los radicales en todas las épocas de la historia de nuestro país puede resumirse en pocas palabras: ayudar a los amigos, fregar a los enemigos y hacer justicia en los demás casos.
Los precandidatos saben que es muy pronto para anticipar triunfos y hoy más que nunca entienden que, narrando el asunto con enigmas, cuando hay santos vivos los santos muertos no hacen milagros y que al que sabe enseñar los dientes, y darse a valer, se le tiene respeto. Esto apenas comienza.
El tiempo hablará.